lunes, 10 de septiembre de 2012

Hacerlo público / Gastón Sironi

Ayer tuve la alegría de compartir una lectura de poesía con Susana Arévalo, Elena Annibali y Ceferino Lisboa. Fue la apertura del Espacio Poesía, una muy buena propuesta de la Feria del Libro que coordinan con esfuerzo y a la vez delicadeza los poetas Carolina Muscará, Sebastián Pons, Leandro Calle y Guillermo Bawden.
Cualquiera que vea la programación de este nuevo espacio verá que es plural, inclusiva de distintas estéticas, generaciones y procedencias/pertenencias dentro de nuestro ya muy diverso presente literario.

Sin embargo, no todo está planteado de esta manera en nuestra feria. El jueves 6 de setiembre quise acompañar a mi amigo Alejo Carbonell a recibir el Premio Alberto Burnichon al libro mejor editado en Córdoba en el año. La cita era en el mismo acto de inauguración. Pero me esperaba una sorpresa: el acto no era con entrada libre, sino por invitación, de modo que no pude entrar. Frente al Teatro Real la calle estaba vallada, y el ingreso al teatro controlado incluso por policías. ¿Cómo puede la feria del libro de nuestra ciudad comenzar con un acto cerrado, de ingreso discrecional? ¿Por qué hay que designar invitados, cuál es el criterio para hacerlo, y por qué no es público ese criterio? ¿Quién tiene el derecho de hacerlo, y en virtud de qué? Y otra pregunta: quienes se arrogaron ese derecho, ¿contestarán estas preguntas, con honestidad y para todos?

Naturalmente, para quienes nos dedicamos a escribir, traducir y editar libros, nuestra feria es un ámbito de enorme importancia, y el Premio Burnichon un momento especial en nuestro año de trabajo, de alguna manera una alegría para todos. Una alegría que no todos pudimos compartir. Por cierto, no afirmo esto como escritor o editor, no creo que por eso tenga que invitárseme: pienso que cualquier persona tiene el derecho de asistir a la inauguración de nuestra feria del libro.

Supe más tarde que el teatro no estuvo de ninguna manera colmado. Supe también que nada se dijo sobre Alberto Burnichon. Una persona tan valiosa, un faro en la edición hecha en Córdoba. Un editor valiente de libros exquisitos, que fue asesinado en la última dictadura, y sobre cuya memoria este premio debería agregar trazos año a año. Sin embargo, como señaló en estos días el poeta Alexis Comamala (www.peladoconpolera.blogspot.com.ar, 7/9/12), nada se dijo sobre él, ni sobre Juan Maldonado o Julio Castellanos, que recibieron el nuevo premio que lleva el nombre de Romilio y Glauce. Todas personas imprescindibles para la historia de nuestros libros. Maestros, a quienes tanto debemos escritores y editores, funcionarios y lectores.

Antes de leer mis poemas, fue de esta indignación que hablé en la apertura del Espacio Poesía. Dos de sus organizadores, Leandro Calle y Guillermo Bawden, me pidieron que apuntara estas ideas y las enviara a este sitio, para compartirlas, para discutirlas, para hacer público lo que tanto cuesta hacer público.


Gastón Sironi

1 comentario:

  1. Hola, amigos. Adhiero sinceramente a su postura.
    Por mi parte, creo que debemos ir más allá, que es hora de convocar a una asamblea abierta con el fin -entre otras cosas- de que se habilite la participación de los escritores sin mediación de ninguna institución, como lo fue en el principio. En 1985, la primerísima feria fue organizada entre editores, libreros, grupos e individuos literarios. A la siguiente, ya surgieron las discriminaciones. Pero al menos una se hizo democráticamente.
    Otro tema que se dejó de lado fue la convocatoria a escritores del resto de las provincias. Esto para diferenciarse de la feria Del autor al Lector de Bs. As. Y si en esa época había buenos autores en el interior, ahora, seguramente los habrá más.
    Los abraza, Eugenia Cabral

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